Tierra
El cerro de los santos adquiere al anochecer un aspecto más siniestro, y
aún más cuando el cielo se cubre de esperpénticos y ennegrecidos
nubarrones que vierten su gélido contenido sobre sus laderas. Hoy es una
de esas noches, sin embargo, la lluvia viene acompañada de unos rayos
que, esporádicamente, iluminan por completo el lugar; es precisamente en
esos momentos en los que me quedo más quieto, viendo nacer y morir a mi
sombra en cuestión de segundos. Custodiado de nuevo por la oscuridad,
continúo fracturando la enmohecida tierra con esta oxidada pala. Antes
de que amanezca otro santo morará en el cerro.
Sucede
La respuesta está en el agua
Habíamos pasado
la tarde leyendo bajo la sombra del hayedo. Las nubes asomaban
amenazantes y tomamos el camino de regreso, el más corto, el de la
playa. Caminábamos descalzos, en paralelo, sobre la arena. Nuestras
huellas seguían el mismo destino que nuestras vidas. No juntos, no
iguales, no complementarios; simplemente paralelos. Entonces se desató
la tormenta, calándonos hasta los huesos. Al escampar, quedó el rastro
de nuestro paseo, el agua había dejado un surco, único, sobre el suelo.
10 maneras de ser para escribir microrrelatos
1. Sé respetuoso. La literatura ha dado grandes maestros que pueden enseñarte. Antes de escribir, por favor, lee.
2. Sé implacable. Escribe tu historia como la sientes. Cuando escribes con sinceridad, dejas que hable tu corazón.
3. Sé inconforme. Aun cuando creas que tu micro está listo, reléelo y
enfréntate a él. Puede ser una batalla feroz, pero al final, ambos
terminarán ganando.
4. Sé riguroso. No dejes ninguna palabra al azar. Tienes muchas cosas para decir y poco tiempo para convencer.
5. Sé iluso. Deja que tu imaginación llegue donde tu razón no te deja.
Lo peor que puede pasar es que encuentres algo nuevo que decir.
6. Sé humilde. No subestimes la inteligencia del lector. Por más grande que te sientas, siempre lo tendrás a él como tu juez.
7. Sé travieso. Diviértete con lo que escribes. Si logras sacarle una
sonrisa al lector, no importa cómo denominen tu texto. Ya hiciste algo
grande.
8. Sé persistente. Si tu historia no convence, escribe otra. En algún momento, la cadena se soltará a tu favor.
9. Sé agradecido. Tienes dones y facultades que otros ni siquiera
imaginan. Hay problemas reales en el mundo más allá de que a unos
cuantos no les guste lo que escribiste.
10. Sé necio. Nadie puede decirte como escribir.
Esteban Dublín