Fotografía obtenida de Google
Han dejado de incomodarme la condescendencia, el trato
preferente y todas esas miradas de compasión de las que soy objeto. He decidido
aceptarme y aprovechar la nueva perspectiva que me brinda la silla de ruedas
para observar el mundo que me rodea. Por extraño que parezca, es como si lo
estuviera contemplando todo por vez primera. A lo largo de aquellos años
borrosos que dediqué a transportar fruta, catorce horas diarias, nunca tuve
tiempo para detenerme a mirar nada, hasta que me quedé dormido al volante.
La realidad
que estoy descubriendo me llena de tristeza. La mayoría de la gente no parece
disfrutar de la vida. Pasan de largo por ella a una velocidad en la que es
imposible apreciar nada. Como yo en mi camión. Tienen piernas pero no
disponen de tiempo, y sus zancadas les llevan cada día al más absoluto de los vacíos. A la más voraz de las insatisfacciones.
En lo fugaz de una mirada al pasar, hay quien solo ve en mí un cuerpo con ruedas que invita a sentirse algo más
afortunado por un instante. Es curioso, hay ocasiones en las que, mirando el mundo desde aquí abajo, siento, -¡qué locura!-, que el afortunado soy yo.
Este microrrelato participó sin éxito en el II Concurso de Microrrelatos Sobre Discapacidad.
Pues a mi me gusta como le has dado la vuelta al problema, aparte de que estoy de acuerdo con tu protagonista: todos somos un poco discapacitados, de una o de otra manera
ResponderEliminarTal como apunta Luisa, este micro se hace enorme gracias al enfoque que has sabido darle, Pedro. Un punto de vista muy pegado a la realidad posible, una reflexión llena de verosimilitud.
ResponderEliminarSolidez en el material que conforma la trama y buen manejo de la tensión para apuntar a la sensibilidad del lector.
Gran trabajo.
Un abrazo,
Gran micro Pedro, en un tema tan delicado como son las discapacidades y los puntos de vista de quienes tienen que mediar con ellas. Tu enfoque me gusta, y abordas el tema de esa rutina de prisas y remordimientos en la que corremos desaforados por algo que no sabemos siquiera si vale la pena. Más nos valdría quedarnos quietos por un par de días y escuchar la voz del silencio a ver qué nos cuenta.
ResponderEliminarno tuvo éxito, pero seguramente te valió la pena escribir de esta forma.
Un besote.
El disfrutar de la vida con piernas o en silla de ruedas es una asignatura pendiente para muchos.
ResponderEliminarUn gran micro Pedro.
Besos desde el aire
Hola Pedro.... un hecho insólito se producirá hoy. ;)
ResponderEliminarAyyyy que no puedo decirte más....
Besos desde mis palabras, en este 1 de noviembre.
Excelente.
ResponderEliminar"A contrapicado" te hace reflexionar, eh, sin dudas.
¡Saludos!
Particularmete me ha gustado el enfoque que le has dado desde el punto de vista de él, como ahora aprecia esa vida que antes pasaba por delante de él tan deprisa, que ni se daba cuenta de que existia.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué gran visión, Pedro. No tuvo éxito en el concurso, pero fíjate, te lo cogen para ser ilustrado, eso sí es un premio.
ResponderEliminarUn abrazo.