viernes, 22 de julio de 2011

OTRAS HISTORIAS: Trabajando por el cambio


            Supongo que es algo que habréis comprobado en más de una ocasión, siempre que, en el transcurso de una conversación, surge el tema de la necesidad de cambiar la forma en la que nos organizamos en sociedad para hacer del mundo un lugar más justo y solidario, hay alguien que demuestra estar infectado por la asquerosis múltiple de la que habla Joan Melé en “Dinero y Conciencia”. Su boca se tuerce en un gesto de desprecio ante lo que considera una ingenuidad, cuando no pura ignorancia. Esa persona tiende a sentirse en posesión de datos más que suficientes para creer que ninguna iniciativa, que unos simples ciudadanos puedan llevar a cabo, tendrá una repercusión global y duradera antes de ser fagocitados por alguna de las ingeniosas fórmulas del todopoderoso sistema capitalista. La resignación parece ser la actitud más cabal, el precio a pagar por las demás supuestas bondades con las que la sociedad que conocemos nos obsequia.

            Pues bien, hay muchas personas que no están de acuerdo con esa visión derrotista del mundo, y a través de múltiples iniciativas particulares, tratan de aportar diariamente su grano de arena en la construcción de una sociedad donde el respeto al ser humano y a la naturaleza prime sobre los intereses económicos. Hablo de hombres y mujeres que viven en nuestra misma ciudad, que son vecinos de nuestro pueblo, y que de una forma comprometida y silenciosa están llevando a cabo, a pesar de las dificultades, proyectos de agricultura ecológica, de economía solidaria, de integración socio-laboral de personas excluidas y de cooperativas de consumo y de crédito, entre otros. 

            Es cierto que el capitalismo trata constantemente de satisfacer cualquier nueva necesidad que la población demande. Es el caso de los productos ecológicos. La agricultura y ganadería ecológica se caracterizan por el respeto a la salud de los seres humanos, de los animales y del medioambiente, por lo que evita el uso de productos químicos de síntesis y respeta los ciclos naturales de cultivo y de cría. Hay sin embargo una característica más que solemos pasar por alto, toda actividad económica de carácter ecológico ha de apoyarse en el comercio justo. En los últimos años hemos sido testigos de un incremento de la gama de productos ecológicos en las estanterías de cualquier hipermercado, y aunque es un paso importante motivado por la demanda creciente de los consumidores, las grandes superficies no han cambiado su política de pagar el menor precio posible al productor para obtener el máximo margen de beneficio. Esto ahoga económicamente a las familias de agricultores y ganaderos, además de dificultar la expansión de este tipo de producción alimentaria. Si queremos apoyar los productos ecológicos, hemos de pensar también en las personas que los producen y optar por cauces alternativos de comercio justo como las cooperativas de consumo o la compra directa al productor a través de la Web.

            Hoy quiero compartir con vosotros el documental “Cuéntame otro mundo”, dirigido por Susana Ortega Díaz, miembro de REAS (Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria). En él podréis descubrir algunos ejemplos de esas personas que están trabajando por cambiar la forma en la que nos relacionamos económica y socialmente. Hombres y mujeres que aúnan la transformación personal con la cooperación y la interrelación como motor de proyectos económicos solidarios. Todo cambio requiere un esfuerzo, confío en que los ejemplos que veremos a continuación nos ayuden a asumir el nuestro. 

            ¿Qué mundo os gustaría contar a vuestros nietos?

            Feliz fin de semana.


17 comentarios:

  1. Qué acertada tu reflexión, Pedro. Este sábado hay una movilización en La Palma en apoyo a las marchas que van a Madrid y los comentarios de la gente de aquí van desde ponerle una etiqueta política al movimiento hasta decir que "los indignados no tienen nada que hacer y que se vayan a ayudar a sus madres o cuidar a sus hijos". No importa, cualquier cambio rompe esquemas, y mientras pique es que se está haciendo bien.
    Respecto a lo del consumo, tienes toda la razón, voy a intentar ver el documental... aquí existen mercadillos de agricultor con distintivo de cultivo ecológico, se compra directamente al productor y es una gozada. Pero en manos de supermercados que quieren ganar dinero y punto, la cosa se echará a perder.
    ¿Cuando nos daremos cuenta que lo que debería medir una sociedad no es el dinero sino la calidad de vida y la felicidad?
    Abrazos reflexivos

    ResponderEliminar
  2. Un mundo en el que prime el respeto y los valores humanos, ante todas las cosas, un mundo que sea generoso, cálido y solidario, donde reine la paz y la humildad.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Ana: Creo que estamos viviendo un momento de cambio, precioso y esperanzador. Aún así hay quien critica cualquier iniciativa que se salga de la sumisión a la que denominan normalidad. Bueno, no importa, lo determinante, no me cansaré de repetirlo, no es cambiar a los demás, sino que cambiemos nosotros. Besos agradecidos.

    Carla: Me apunto yo también a contar ese mundo y a sumar mi esfuerzo para lograr que sea una realidad. Besos.

    ResponderEliminar
  4. En la calle transversal a mi casa tengo una tienda del comercio justo. A su lado tengo una cultural anticapitaslista. Cesca de ellas está un restaurante vegetariano. En mi calle hay una sidrería que lleva gente del FUCSOA,... Sin embargo, la muerte del capitalismo está resultando muy lente. Quizás la solución está en no ser tan pasivos, pero a veces te viene el desaliento. Antes de darme el derrame cerebral era muy activo en todo lo que fuera luchar por una sociedad más justa, pero ahora he frenado el paso, mi paso es lento, pero si sirve, ahí está.

    Blogsaludos

    ResponderEliminar
  5. Serafín, creo sinceramente que cualquier pequeño acto consciente que fomente nuestra coherencia con el mundo en el que queremos vivir tiene más efecto del que podamos imaginar. Eso no es pasividad, es responsabilidad. No todos pueden ni quieren aportar lo mismo ni de la misma manera, y eso está bien.

    Lo más importante es no caer en el derrotismo, seguir soñando con un mundo mejor y actuar cada día como si ya viviésemos en ese mundo. No esperemos a que todo cambie, hágamos el cambio nosotros mismos.

    Tu paso, por lento que sea, sirve y mucho.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Cambiar siempre supone un reto, aceptar una incertidumbre y creo que eso es lo que echa para atrás a mucha gente. Un mundo mejor es posible y el cambio empieza por nosotros mismos. Soy consumidora habitual de productos ecológicos a través del sistema de cestas, y creo que no está creada la conciencia del consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente, aparte de que es más caro y la gente mira la pela que no veas. Pero hay que seguir intentándolo.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  7. Como dicen en el documental, la cuestión no es que lo ecológico sea más caro, sino porqué lo no ecológico es tan barato. El precio que no pagamos en la cesta de la compra, lo pagamos en contaminación, en deterioro de nuestra salud, en explotación, en injusticia social y económica, etc...

    Tienes razón, a mucha gente le cuesta levantar la mirada del monedero y ver las consecuencias de sus hábitos de consumo.

    ¡Sigamos intentándolo!

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Por cierto que quiero uno donde se recupere las buenas costumbres, la seguridad y sobre todo las ganas de cada día mas.

    Hola, soy Cecy, y me gusto muchísimo tu articulo.

    Saludos desde Argentina.

    ResponderEliminar
  9. Lo importante es aportar tu granito de arena que aunque pequeño, si se mete en un ojo escuece.
    Me gustan muchísimo estas otras historias y la manera en la que nos las presentas.

    Muchas Gracias Pedro

    Besos desde el aire

    ResponderEliminar
  10. Son interesantes este tipo de iniciativas, desde luego, pero de vez en cuando a los que las llevan les vendría bien hacer una paradita y salirse de ellas para mirarlas en perspectiva. Estas iniciativas deben ser pasos hacia atrás para tomar impulso y salirse del sistema, si no, el sistema se los zampará.
    Los que organizan estas iniciativas deberían plantearse continuamente las preguntas para no dejarse engullir:
    "¿Estamos realmente fuera del capitalismo?"
    "¿Cultivar ecológico se debe enfocar para alimentar a los seres que viven de forma no ecológica?" "¿No es eso seguir potenciando ese sistema?" "¿Es bueno recibir subvenciones de los poderes públicos?"

    Concretamente en el tema del comercio justo, me parece un gran engaño:
    1. Son productos que vienen de América, África, Asia... No están aquí al lado (de España), precisamente. ¿Quién los transporta? ¿Cuánta energía se consume?
    2. Estos productos se consiguen normalmente en sedes de organismos como UNICEF, INTERMON, etc. Informate de la cara oculta de estos.
    3. Este comercio justo esta basado en unas, digamos, normas. Entre estas está potenciación de la igualdad entre hombres y mujeres. A mi me apesta a institucional. Regular las cosas es siempre un intento de tenerlas controladas.

    En el tema de las asociaciones de integración deberíamos preguntarnos: ¿Integración a donde?
    Es como si de un cuerpo enfermo terminal sacáramos una serie de células. Las saneáramos un poco y después las devolviéramos a ese cuerpo de donde venían.

    Es un tema para tirarse hablando largo y tendido, pero no me extiendo. Sinceramente creo que las iniciativas y las personas que las ponen en práctica son buenas, pero cometen el error de no salirse del todo. Creo que una solución es la potenciación de lo local, en todo lo amplio de la palabra. Si un grupo, desde una comunidad pequeña, hasta un pueblo consigue ser autosostenible totalmente, será libre y feliz.

    Un fuerte abrazo, Pedro.

    ResponderEliminar
  11. Cecy: Siempre es un placer para mi descubrir caras nuevas en el blog. En primer lugar sé bienvenida y disfruta de la lectura. Me sumo a ese mundo que te gustaría contar.

    Un abrazo desde el otro lado del inmenso charco.

    Rosa: Esos granitos de arena son fundamentales, no es cuestión de magnitud, sino de la calidad de nuestra aportación. Margaret Mead lo expresó de esta manera: "No dudes jamás de la capacidad de tan sólo un grupo de ciudadanos conscientes y comprometidos para cambiar el mundo. De hecho, siempre ha sido así." Gracias y besos.

    Torcuato: Me encanta tu actitud crítica. Es un buen punto de partida para no caer en dogmatismos, de hecho es un perfecto antídoto contra todos los "ismos".

    Tienes razón en que algunas de las iniciativas no son perfectas, pero aún así son infinitamente mejores que lo que tenemos hasta ahora. No son el objetivo final, de acuerdo, pero son un paso intermedio importantísimo. Todo cambio es un proceso, y como tal necesita avanzar a través de diferentes estadios. Valorar y transitar cada una de esas etapas intermedias nos sitúa en el camino hacia el cambio que necesitamos.

    Gracias por tu contribución. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Todavía no he visto el vídeo pero después de leer tu comentario, me he acordado de esta cita que leí en la web de Izkali y que quiero compartir con vosotr@s, ya que viene al pelo:
    Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos considerados y comprometidos pueda cambiar el mundo. Verdaderamente, eso es lo único que lo ha logrado.
    Margaret Mead
    Abrazos

    ResponderEliminar
  13. Ja, ja, ja... Tiene gracia Cristina, esa misma frase la he compartido con Rosa en el mensaje anterior. Eso es sincronicidad. El vídeo te gustará. Un beso.

    ResponderEliminar
  14. Estimado amigo preciosa entrada la tuya, de nuevo aquí estoy, y aqui encuentro la paz Que busco, Aquí te encuentro a tí y tu Sabiduría llena de luz y amor la fuerza poderosa que nos da vida. Gracias!
    Desde mi Jaén natal un abrazo

    ResponderEliminar
  15. Miguel, no te imaginas lo mucho que me alegro de saber que un escrito mío provoque esa paz en ti. Ese es uno de mis objetivos, inspirar paz, confianza en nuestro potencial, fe un futuro mejor. Todo está en nuestras manos. Siempre lo ha estado, ¿no es maravilloso?.

    Muchísimas gracias y un fuerte abrazo desde mi pequeño valle en el norte.

    ResponderEliminar
  16. ¿Me permites que te facilite la dirección de un blog?
    Quizás te interese algo de lo que en él se cuenta.
    http://pildoras-para-pensar.blogspot.com/

    Un beso.

    ResponderEliminar
  17. Gracias, Luisa. Le echaré un vistazo, seguro que me gusta. Un beso.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...