viernes, 12 de agosto de 2011

OTRAS HISTORIAS: Nuestra vida sin nosotros.


                En esta época que nos ha tocado vivir, son tantos y tan diferentes los estímulos con los que somos bombardeados a diario que, salvo que reservemos de forma voluntaria un espacio y un tiempo para nosotros, lo más probable es que nos perdamos en un intrincado laberinto de ruido, imágenes e información del que es muy difícil escapar. Tratamos de estar al día con todo lo que nos rodea (noticias, cotilleos, moda, artículos de consumo, teleseries, videojuegos, el muro de facebook, el sistema operativo, la canción del verano…) mientras descuidamos la actualización del elemento más importante de nuestra vida, nosotros mismos. Llegada cierta edad, marcada básicamente por el conformismo con lo alcanzado hasta ese momento, empezamos a vivir en modo automático. Con el estancamiento llega la rutina, la insatisfacción y el vacío. Perdidos en el laberinto, trataremos de llenar ese vacío con alguno de los atractivos productos que están a nuestro alcance, viviendo, sin apenas percatarnos, una vida sin pasión, sin ilusión, sin sueños. Una vida sin nosotros.

            Tomar de nuevo las riendas de nuestra vida implica en primer lugar, no me cansaré de decirlo, asumir la responsabilidad de la situación en la que nos encontramos. Ya no es momento de buscar culpables, ni de justificar una actitud victimista porque “el mundo me ha hecho así”, ni de esperar que otros den el paso primero. Si no estamos satisfechos con nuestra vida podemos y debemos hacer algo para cambiarla, y sólo está en nuestras manos llevarlo a cabo. Podemos buscar consejo, inspiración, guía o ayuda profesional pero, a la hora de pasar a la acción, las decisiones las tomamos nosotros. 

            Si no tenemos energía suficiente para afrontar cada amanecer como una nueva oportunidad de disfrutar de la vida es que no estamos dedicando nuestro tiempo a lo que realmente deseamos. Probablemente nos hayamos empeñado durante años en lograr una meta marcada por algún otro convencidos de que, al alcanzar el objetivo, obtendríamos el reconocimiento y el amor de esa persona. O quizás nos hayan hecho creer que somos un fracaso y nos hayamos conformado con cualquier oportunidad que se presentase. O incluso puede que estemos viviendo una vida a la contra de lo que otros esperaban de nosotros. En cualquiera de los casos, no estamos viviendo nuestra vida, no hemos decidido hacia dónde queremos dirigirnos, y como resultado, nos sumimos en la apatía.

            Sé que da miedo enfrentarse a la gran pregunta, pero es un paso inevitable, aunque no definitivo, todo puede cambiar por el camino si así lo deseas. Tú marcas la ruta, tú decides los tiempos. La pregunta aparecerá ante ti en cuanto apagues el modo automático y te pongas al timón: “¿Qué es lo que da sentido a mi vida?” La respuesta no te llegará desde el ruido del laberinto, sino desde el silencio interior. Recupera los sueños que dejaste en el camino porque querías convertirte en un adulto con los pies en la tierra, recuerda qué cosas te hacían disfrutar tanto que perdías la noción del tiempo, desempolva el talento que nadie supo valorar y sobre todo, tómate la vida como un juego. ¡Diviértete!

            Sólo una cosa puede darle sentido a esta extraordinaria experiencia de vivir: Ser feliz. 



            Para ilustrar el espíritu de este artículo no se me ocurre mejor muestra que el vídeo de una conferencia que se ha propagado viralmente por internet. Tanto es así que muy probablemente la mayoría ya lo hayáis visto. Aún así os pediría que volvierais a visionarlo y os dejéis contagiar por la pasión y la energía que derrocha su protagonista, Emilio Duró. Un hombre que habiendo llegado a la cima del éxito (según los parámetros convencionales) con tan sólo 28 años, un día se dio cuenta de que su posición privilegiada no le reportaba, como le habían hecho creer, un mayor grado de felicidad, más bien al contrario. Tomó la valiente y, para algunos, loca decisión, de abandonar la élite empresarial para dedicarse a impartir talleres y conferencias sobre optimismo e ilusión por la vida. Disfrutadlo.

            FELIZ fin de semana.      






3 comentarios:

  1. Touché. Hay días en los que es necesario que alguien nos anime a ser felices. Gracias
    Saludillos

    ResponderEliminar
  2. Si he podido aportarte un poco de alegría, Puck, ha merecido la pena publicar esta entrada. Otro día quizás tengas que animarme tú :-D

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  3. Pedro, recuerda cerebro reptiliano y límbico :)

    ¡MUCHA SUERTE Y SUEÑA!

    Susana :)

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...