-¿Por qué me mira así? Se creerá mejor que yo, ¡será imbécil! No tiene ni media bofetada. Mira con
que chulería viene el tío. Ándate con cuidado chaval, que hoy no estoy para
tonterías. Como me sigas mirando con esa cara te la rompo-. Aceleró el paso mientras se arremangaba la camiseta. El
otro, avanzaba decidido por la galería del centro comercial, imitando con sorna
todos sus movimientos. -¡De mi no se burla ni Dios!- Dijo a voz en grito y puño
en alto, abalanzándose hacia él. Un golpe le detuvo cuando el automatismo de la
puerta separó sus cristales.
Un golpe de aire fresco.
Un golpe de aire fresco.
Buen intento. Quizá lo del final, "Un golpe de aire fresco" lo omitiría. Sólo quizá.
ResponderEliminarUn saludo indio
Sí, buen intento. El mío también quedó en el camino. Pronto lo cuelgo.
ResponderEliminarUn abrazo, Pedro.
Muy bueno, la narrativa es buena y está muy bien contado para llevarnos exactamente a dónde quieres, para mí, el único pero (entre comillas) es el título, que ya desde inicio me ha desvelado el final, aunque está bien elegido el doble sentido, no sé. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNo Comments: No eres el único que me lo ha dicho, pero me resisto a quitar esa frase porque me gusta el contraste entre el frío de ese aire que desvanece la paranoia y el calentón anterior. De cualquier forma gracias por el consejo. Un abrazo.
ResponderEliminarVíctor: Gracias por tus palabras. En cuanto tengas colgado el tuyo me paso a leerlo y comentarlo. Un abrazo.
Maite: Lo que pasa es que eres muy perspicaz y contigo hay que hilar muy fino, je, je, je. También yo dudo de lo adecuado del título por ese dato que desvela pero me decanto por conservar el doble sentido del que hablas. Gracias por tus valoraciones. Otro fuerte abrazo para ti.
Pues si, vivimos ensimismad@s en lo que aparentamos ser y no nos reconocemos al vernos reflejados.
ResponderEliminarAl leer este micro la ternura se me ha hecho presente, reconozco ese momento de "abrirse la puerta" y quedarme sola, con lo mío, enfadada por esos aspectos que también soy y no integro poniendoselos a otr@s.
Al final el aire fresco le da aroma de comprensión, de integración, de cambio... Realismo puro y duro.
¡Un aplauso para Pedro por este bonito microrelato sobre la proyección!
Plas plas plas plas plas
Buena descripción y consecuencias de lo que es la paranoia en estado puro. Violencia y pérdida del control, menos mal que se abre la puerta.
ResponderEliminarMe gusta.
Yolanda
Cristina: Yo no podría haber explicado mejor lo que para mi significa el "golpe de aire fresco". Esa realidad acerca de uno mismo y de lo que hace. Ese "darse cuenta" que impacta en nuestra conciencia. Gracias por los aplausos y un enorme abrazo.
ResponderEliminarYolanda:Si no se hubiese abierto, quizás el efecto hubiese sido el mismo. Más doloroso, eso sí. Encantado de que te guste y de tenerte por aquí. Un abrazo.
Buenísimo, Pedro. Ojalá anduviera cerca de una puerta automática cada vez que me enredo en mi película... mientras no llega el darme cuenta, el viento fresco hace su efecto.
ResponderEliminarUn abrazo proyectado con mucho cariño.
Ten cuidado no te resfríes con la corriente, Esther, je, je, je. Otro abrazo gordo para ti.
ResponderEliminarUps... me pasó algo parecido, camino muy despistado habitualmente y saludé a mi imagen en un espejo de un escaparate. El caso es que, puro despiste, caminé un buen trecho preguntándome de que me sonaba el tipo aquel.
ResponderEliminarMe gustó.
Ja, ja, ja... Curiosa anécdota, muy al hilo del micro. Un abrazo.
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