El padre mostró con orgullo la pieza que el hijo
mayor había cazado. La madre consoló en su regazo al hijo que liberó al conejo
de su jaula.
Este microrrelato ha resultado finalista en la edición semanal del concurso Cuenta 140 de la revista digital El Cultural.
Uyyyyy, qué pobre niño! Desde luego está muy logrado, impacta. Felicidades por la selección. Abrazos.
ResponderEliminarQué crueldad! Dejarle soltar al animal para hacer eso y estropearle la sensación de dejar en libertad. Eso es una libre, ¿verdad?
ResponderEliminarCosas del destino.
ResponderEliminarUna semana más con Montero, je, je.
Un abrazo.
Buff¡¡Vaya vida perra la del conejito, o enjaulado o muerto...
ResponderEliminarUn abrazo.
Una historia con mucha miga en un pan pequeño.
ResponderEliminarBesos suaves.
Estimulante relato, Pedro.
ResponderEliminarEn dos frases propicias que sienta emociones dispares como rabia, ternura, tristeza.
Y así es, la madurez irrumpe a veces con toda brusquedad.
Un abrazo.
Gracias Maite, Montse, Torcuato, Cristina, Lola y Esther por vuestros comentarios que son el abono de este jardín.
ResponderEliminarMe has dejado la duda, Montse, de si la foto es de una liebre. Te soy sincero, soy incapaz de diferenciar un conejo de una liebre.
Cálidos abrazos para todos.
Diferencias entre conejos y liebres:
ResponderEliminarLos conejos paren crías que nacen desnudas, sin pelo, con los ojos cerrados e incapaces de caminar. Además, son animales gregarios que viven en madrigueras formando colonias.
Las liebres nacen completamente cubiertas de pelo y con los ojos abiertos; los adultos no excavan madrigueras, hacen nidos simples sobre el suelo o entre la vegetación y no son gregarios.
Otras características que diferencian a los conejos de las liebres es que éstas suelen ser más grandes, tienen las patas traseras más largas y las orejas también más largas, manchadas de negro en la punta; además los cráneos de ambas especies son completamente diferentes.
Ayer, a la noche antes de dormir, me vino el micro a la cabeza y me preguntaba, ¿cual sería esa noche la conversación de esa familia durante cena? ...
Abrazos
Y..., ¿Qué cenarían?
ResponderEliminarJa, ja, ja, tu ingenio para los comentarios jocosos no tiene límite, Cris. ¡Qué imagen más buena!
ResponderEliminarGracias por tu detallada información. ¿Sabes qué? sigo sin saber si la foto es de un conejo o una liebre porque tiene pelo, los ojos abiertos, no se si es gregario ni si hace madrigueras porque le han pillado en pleno salto, su tamaño es incierto, las orejas son largas, las patas traseras... medianas, y las orejas están tostadas más que negras.
Es broma, ya se que es un... una... bueno ¿qué más da?
Un besazo.
Qué buenísimo hiperbreve. Más no se puede contar en 140.
ResponderEliminarMás quizás no, mejor desde luego que sí. En ello estoy semana tras semana. Un abrazo, Elisa.
ResponderEliminarHola ya estoy aqui de nuevo,ya no se que decirte porque te lo han dicho todo,esto es lo malo de llegar la última.
ResponderEliminarIMPRESIONANTE muy muy bueno,en pocas palabras mucho contenido y muchas sensaciones distintas.
Un abrazo
Lauri.
Cada comentario es valioso, Lauri, aunque sea reiterativo. Me gusta tenerte por aquí. Gracias por tus palabras. Un beso.
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